izquierda vs Derecha
Por: Dante Bobadilla
Toledo, el títere de los "caviares"
<< Alejandro Toledo inauguró, casi junto con el nuevo milenio, la nueva era de los luchadores anticorrupción, todos encaramados en el corso del antifujimorismo y en la doctrina caviar del odio a los 90...>>
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Más de 20 años han pasado para ver al primer fantoche del antifujimorismo preso por mega corrupto. Alejandro Toledo inauguró, casi junto con el nuevo milenio, la nueva era de los luchadores anticorrupción, todos encaramados en el corso del antifujimorismo y en la doctrina caviar del odio a los 90. Según la propaganda caviar, con Toledo nacía un nuevo futuro de esperanza con una nueva clase política desvinculada de la corrupción que era el símbolo de los 90. Y para demostrarlo, desataron la más feroz cacería de políticos y militares vinculados al fujimorismo, apresándolos solo por el nuevo delito de haber sido parte del régimen fujimorista. Lapidar a cualquiera que haya estado en el gobierno de Fujimori se convirtió en un ritual político para purificar a la nación de la corrupción. Con la nueva era Toledo, nació también la moda de adoptar el antifujimorismo como pose moral y como doctrina de lucha anticorrupción y defensa de la democracia. Cualquier periodista, conductor de medio, relator de noticias, reportero, artista o pichiruchi de la TV, adoptó el antifujimorismo como doctrina política y pose moral: tenían que condenar a los 90 y a Fujimori para subsistir en la prensa y ser bien visto. Toledo fue el fantoche fabricado en los laboratorios de la mafia caviar con dinero de Soros y la dirección de Gustavo Gorriti, quien ya para entonces era un maestro titiritero y un hábil reptil trepador empleando cabezas de turco para lograr cierto control político. La máxima obra de Toledo como presidente fue crear la CVR para explicarle al pueblo peruano las razones de la violencia, aunque curiosamente se centraran en los 90, cuando el país fue pacificado. Toledo fue electo presidente pese al cúmulo de defectos que exhibía como persona: borracho, drogadicto, juerguero, mentiroso compulsivo, trepador de malas juntas, etc. Incluso cargaba a cuestas escándalos como el del Hotel Melody, donde fue hallado borracho y calato al cabo de tres días de desaparición, en una juerga de alcohol, drogas y putas que están bien documentadas en los partes policiales. Su cuento fue que había sido secuestrado y drogado por Montesinos para dañar su imagen y campaña. Tras el final de su mandato, Toledo se fue a disfrutar de la vida en EEUU esperando la ocasión para volver y ser nuevamente candidato de la caviarada que tantos favores le debían. En el 2011 regresó como candidato y se posicionó en el primer lugar de las encuestas. Incluso empezó a nombrar ministros para su próximo gobierno. Pero la mafia caviar tenía otro candidato que venía financiado por la plata de los brasileños. Lula y su partido, el PT, apostaron fuerte por Ollanta Humala con los fondos de Odebrecht. A partir de entonces, Toledo dejó de ser una pieza útil para la mafia caviar, pero siguió gozando de su protección fiscal. Por algunos años Toledo siguió siendo un intocable para la justicia. Incluso le pusieron alfombra roja en el Congreso con una oficina y cuatro empleados a su servicio que todos pagamos, aunque Toledo nunca lo usó porque prefirió la comodidad de California. EL único paje a su servicio fue su incansable defensor Juan Sheput. Todo iba bien hasta que reventó el escándalo de Odebrecht. El resto es ya historia conocida. Desde el 2016 en adelante Toledo dejó de ser un aliado útil para la mafia caviar y fue dejado libre a su suerte. Una suerte que terminó ayer con su condena a 20 años por ser el primer corrupto de la era de los luchadores anticorrupción y el primer antifujimorista condenado por corrupción.
Fecha: 2024-10-27 06:03:59
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