¿Cómo interfiere la ONU y sus organizaciones en el Perú?

El eterno y gran problema de la burocracia es que por más inútil e insustancial que sea, siempre tratará de justificar su existencia y de buscar la forma de obtener más poder. Una forma de lograrlo es contratar un buen equipo de seudo intelectuales que se ocupen de inventar mil formas de hacerle creer a la gente la importancia de contar con esa burocracia. Y créanlo o no, la gente acaba convencida. Así es como nos hacen creer que necesitamos un Ministerio de la Mujer o un Ministerio de Inclusión Social o cualquier otro. Lo mismo pasa con las comisiones del Congreso creadas para ocuparse de una variedad de problemas como la ciencia, innovación y tecnología, turismo, justicia, mujer, etc. ¿A qué se dedican realmente cada vez que se reúnen? A inventar formas de justificar su existencia y su sueldo. Básicamente a eso. Y de cuando en cuando nos sorprenden con un estrambótico proyecto de ley. Extrapolando esta figura a dimensión mundial, veremos que se repite la misma figura de la burocracia inútil pero hiperactiva e intrusiva en la ONU, con su maraña de comités y organismos adscritos que pugnan por cobrar relevancia a nivel mundial. Estos organismos están repletos de seudo intelectuales dedicados a velar por los problemas del mundo y a extender su recetario de soluciones con una autoridad que nadie les ha conferido. Aunque en muchos casos consiguen que los países (o sus representantes) se alineen con sus propuestas "buenistas" y acaben firmando una especie de acuerdo global que terminan imponiéndonos. Esto es lo que llamamos "globalismo". Es un fenómeno político que pretende instaurar un gobierno mundial donde estos organismos globalistas imponen una serie de medidas y metas a los países, como por ejemplo eliminar la desigualdad, la discriminación o tomar medidas climáticas, etc. Todas suenan muy lindas y esa es precisamente la trampa lógica. En aras de tales metas idealistas estos organismos nos envían dictados que son de cumplimiento obligatorio y acaban convertidas en leyes. Como por ejemplo, leyes a favor de una "alimentación saludable", leyes contra las bolsas de plástico o la construcción alocada e irracional de ciclovías con metas precisas de kilómetros a alcanzar en una fecha. Seguramente muchos estarán convencidos de que son buenas leyes y medidas. Pues entonces han caído en la trampa lógica. En verdad no son más que seudosoluciones ajenas a nuestra realidad, idiosincracia, cultura y costumbres. Hoy un comité de la ONU se opone a la ley aprobada en el Congreso que dará trato de adultos a los delincuentes de 16 y 17 años porque nos han hecho firmar un acuerdo a favor de la adolescencia que los blinda. Nos están exigiendo que dicha ley no se promulgue y que el Estado garantice la "reinserción de esos adolescentes a la sociedad". Ni más ni menos. Otro comité acaba de exigir que se enjuicie a los responsables de las "esterilizaciones forzadas". De la misma forma en que la CIDH se oponía al indulto de Fujimori. En suma, estamos siendo gobernados por estas agencias trans nacionales y por los burócratas que parasitan en la ONU, la mayoría de los cuales son progresistas seudo intelectuales alineados con la ideología socialista, colectivista y anti capitalista, cuyos principales aliados con los partidos de izquierda, las oenegés de izquierda y los medios de izquierda. ¿Pero a cuántos políticos han visto denunciando esta situación anómala?

0