PERÚ

Fujimori, el fujimorismo y el antifujimorismo
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<< Un reseña de lo que fue el fujimorismo y su legado hasta la actualidad....>>
Para comprender el periodo del fujimorismo, primero hay que dejar en claro que en el Perú nada se inventa, y que los cambios profundos que se dan en nuestro territorio siempre terminan siendo el resultado de un contexto internacional o reacomodo de lo que dictaminan las potencias y sus instituciones para el equilibrio del poder global: la fundación de los Estados modernos, el orden constitucional, los gobiernos militares, entre otros. Así mismo, estas modificaciones profundas incluyen los cambios del modelo económico, como el modelo ISI o el llamado "neoliberalismo". Retrocedamos un poco, a fines de los 80s el mundo daba vuelta hacia la privatización de las empresas estatales para reorientar el papel del Estado como impulsor del interés privado por encima del interés social. En ese contexto, aquí en Perú solo era necesario que existieran los voluntarios para voltear el timón de gobierno en dirección del mundo unipolar comandado por EE.UU. De modo que, sí o sí, se iba a dar la implantación del nuevo modelo dentro del Perú, de lo contrario, nos encaminábamos a ser unos parias --Y en eso estábamos. Este cambio de régimen se hicieron independientemente de quien haya salido elegido presidente del Perú en las elecciones de 1990. En ese sentido, Alan García estaba remando contra la corriente. Estos cambios ya se había hecho en Rusia, Brasil, Argentina, México y diversos países mejor posicionados que Perú. Aquí se hizo calco y copia; solo era cuestión de inercia política. Así funciona un mundo cada vez más globalizado por la economía, el comercio internacional, el dólar como moneda imperante y la reducción del papel del Estado en la producción de bienes. Para el capitalismo financiero internacional, el Perú no es más que un millón 200 mil kilómetros de recursos naturales, para lo cual, sus pocas empresas estatales debían rematarse a los grandes capitales. Para lograrlo, lo único que se necesitaban era montar un nuevo Estado con nuevas reglas que cumplan esa función. EL FACTOR FUJIMORI En ese sentido, Mario Vargas Llosa ya venía con esas ideas y se convirtió en el padre ideológico del liberalismo contemporáneo en el Perú, tanto en las letras como en el discurso, al punto de aglutinar al empresariado e impregnarle sus nuevas consignas. Sin embargo, él perdió las elecciones y, como esto no se trata de personalidades sino de estructuras políticas y económicas, otro actor llamado Fujimori, quien no tenía una posición ni liberal ni de izquierda, asumió la tarea de alinear al Perú al nuevo orden Mundial unipolar. De modo que no fueron las ideas de Fujimori lo que produjo el régimen político que hoy nos gobierna; el Perú de hoy es un país pensado desde afuera. Fujimori fue un ingeniero pragmático --como la mayoría de los ingenieros-- que postuló con una imagen izquierda y terminó gobernando como la derecha, iniciando un nuevo periodo de reformas en el Perú. Lo primero que hizo fueron los paquetazos y posteriormente el cambio de Constitución Política para cambiar las reglas de juego. Para lograr esto último, empezó a confrontar al congreso para forjar su cierre, concentrar el poder e impregnar en la carta magna las políticas de ajuste de FMI y el Consenso de Washington. En tres años, el Estado ya era otro: casi sin empresas, con un Congreso unicameral, otra moneda, con Sendero Luminoso casi derrotado y estabilidad monetaria. De este modo, sentó las bases para el crecimiento económico con la ayuda de tecnócratas reputados del Banco Mundial que le dieron eficiencia en sus programas sociales en las principales ciudades. El Fujimorismo: El costo de todo esto fue la concentración de poder en manos de Fujimori, junto a su asesor Vladimiro Montesinos (exagente de la CIA, quien fue apresado por traición a la patria en los 70s) y la élite militar. En suma, se pasaron por alto de todas las normas de la democracia. Sobre esta estructura política empezaron a corromper todo lo que pudieron para sacar el máximo beneficio: las instituciones, el empresariado, los artistas, los medios de comunicación, el narcotráfico, los grupos paramilitares, etc. Por debajo de ellos, se formó una organización política con una bancada congresal amplia que constituía una derecha popular de migrantes emergentes que quitaron muchos espacios a la izquierda capitalina, al APRA, Acción Popular y el PPC. Ese sector hasta el día de hoy mantienen su carácter pragmático, creen no tener ideología y promueven soluciones inmediatistas. EL fujimorismo ha influenciado a otras organizaciones como Podemos, AP, Renovación Popular, etc. El antifujimorismo El antifujimorismo es resultado de toda la corrupción y los excesos cometidos en el Decenio de Fujimori. Se convirtió en una plataforma política que rememora permanentemente todos los actos delictivos y antidemocráticos del gobierno fujimorista; y toma más fuerza cada vez que la hija del dictador, cuál heredera política, postula a las elecciones. Existen antifujimoristas de derecha, izquierda y también de "centro". Para el imaginario social, ser antifujimorista significa no ser corrupto, y muchos políticos utilizan esa etiqueta para conseguir apoyo electoral. Esta situación nos ha llevado a una polarización sin precedentes. No se puede hablar del fujimorismo sin levantar pasiones a favor y en contra. Lo cual justifica un artículo exclusivo sobre el antifujimorismo y sus consecuencias.