CUANDO LA DEMOCRACIA ES EL ENEMIGO

Luis Alvizuri

CUANDO LA DEMOCRACIA ES EL ENEMIGO

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La democracia dentro de Occidente ha dado un giro hacia la dictadura de los ricos (o plutocracia en términos técnicos). Sucede que la concentración de riqueza de una forma antes no imaginada (pues el dinero compra todo, especialmente al ser humano) ha permitido que el poder real recaiga en pocas manos y no así en la voluntad de las mayorías. Esta concentración se nota más claramente en las llamadas corporaciones, que son conglomerados de propiedades privadas que han ido siendo adquiridas con el paso de los años por los grupos familiares más adinerados. Actualmente, en el entorno occidental, es fácil distinguir cómo la mayor parte de las grandes empresas que abarcan todos los ámbitos de la vida pública y privada pertenecen a solo unos pocos hombres quienes, mayormente, pasan inadvertidos por las poblaciones. ESTABA PREVISTO Estamos entonces ante un proceso que ha tomado años, siglos, en consolidarse, y era algo que ya había sido predicho con mucha antelación por numerosos analistas y críticos del capitalismo, advirtiendo cuáles eran los rumbos futuros que inevitablemente iba a tomar. Y es que era lógico que algún día, tarde o temprano, toda la riqueza del planeta tenía que recaer sobre unas cuantas personas quienes irían adquiriendo, mediante la compra, la propiedad de todos los medios de producción y de distribución de las sociedades. Tan es así que ahora sabemos que tanto la energía básica para la vida moderna como también la alimentación, conocimientos, defensa y servicios básicos y comerciales recaen sobre sobre los mismos nombres, siendo estos los que toman todas las decisiones sobre su manejo y futuro. EL ASALTO AL PODER Pero ¿por qué esto significa el fin de la democracia tal como la conocemos? Porque el sistema no tiene un mecanismo que intervenga el monopolio real, ya que ofrece innumerables formas colaterales para eludirlo, de tal modo que, con simples triquiñuelas, se pueden incorporar toda clase de entidades públicas y privadas a una sola organización bajo distintas denominaciones sin perjuicio o violación de la ley. Esto implica necesariamente que la orientación política de un país terminará siendo el reflejo de la voluntad de aquellos que han acumulado tal poder económico. Esto lo hacen efectivo mediante los aportes económicos que ofrecen a los partidos políticos o bien creándolos exprofesamente. En las naciones más desarrolladas, como EEUU, se utiliza el primer método, mientras que en las menos desarrolladas el segundo. DEMOCRACIA FICTICIA ¿A qué nos lleva esto? A que la democracia se degenera por completo y desaparece en forma efectiva para convertirse en una pantomima, en un remedo o teatro donde se mantienen ciertas maneras que aparentan un “gobierno del pueblo” pero que, en el fondo, se trata de una manipulación que se ejerce sobre él. Esta manipulación se ha enriquecido como nunca antes en la historia debido a que los más ricos cuentan ahora con instrumentos mucho más poderosos y sofisticados, como son la ciencia y la tecnología, los mismos que han desarrollado en función a la creación de las industrias y elaboración de productos. Es así que tienen el control total de los medios de comunicación, incluyendo las redes sociales y la Internet, fuera de los ya casi obsoletos diarios de papel. DOMINIO TOTAL Este control absoluto de la información, del pensamiento y del conocimiento humano acumulado durante siglos es el que estas corporaciones ejercen y orientan siempre a su favor, resaltando aquello que les interesa y eliminando todo lo que les perjudique. De esa manera el círculo se va cerrando cada vez más y se va impidiendo que surjan por algún lado versiones o visiones que cuestionen el sistema tal como está. La oposición es combatida de manera radical en todos los frentes (social, político, cultural, deportivo, militar, religioso, científico, etc.) de tal modo que se evita que haya alguna posibilidad de crítica o que prospere cualquier forma de protesta o manifestación de incomodidad. INTELIGENCIA ARTIFICIAL Esto llega a extremos de prever, con mucha anticipación, dónde puede nacer algún foco que, en un futuro, sea incómodo o peligroso para la estabilidad del sistema. Para ello se vienen creando cada día nuevas y mejores opciones de llegada a las mentes de las masas, labor encargada a millares de científicos y expertos en el cerebro y en el razonamiento humano. Ello adicionalmente a los elementos tradicionales como son la policía y los ejércitos que siguen siendo las herramientas más efectivas para evitar los cambios en el devenir histórico. Una de las más recientes, pero no la única, de esas armas es la creación de la inteligencia artificial, que, así como proporciona datos al usuario, igualmente los recibe de él para incorporarlos a la gran central que los coordina. Nada es gratuito en este mundo. LA AGENDA 2030 Pero los más ricos del planeta no solo tienen a su servicio a políticos, periodistas y militares, sino que también cuentan con los cerebros más prodigiosos del mundo. No hay ser humano que destaque por encima del resto que no sea inmediatamente absorbido y puesto a trabajar para beneficio de ellos. De este modo es cómo filósofos y estrategas brillantes y sobresalientes en cada rama del saber son los que les asesoran y brindan toda clase de caminos y rutas a seguir para que consoliden cada vez más su poder. Resultado de ello es la planificación de una nueva utopía creada por ellos la cual se ha plasmado, después de mucho estudio y evaluación, en lo que se llama la Agenda 2030. Detrás de ella podemos encontrar a todas las familias más poderosas del entorno occidental quienes también se reúnen en conciliábulos como el G7, Bilderberg, Foro de Davos y muchos otros que son totalmente secretos. TODOS SEREMOS IGUALES La utopía que estos pocos humanos han elaborado (o impulsan, para ser más exactos) consiste en crear un híper capitalismo que iguale a toda la humanidad en torno a ciertos principios y normas que facilitan su supervisión total, manteniéndola estable y servil, sin posibilidad de salida de ningún tipo. Este plan está inspirado en viejas ambiciones de “hacer un mundo ideal para todos” que, por principio, tiene que ser uno solo y estar regido por unos pocos. Como toda utopía, es un sueño o fantasía siempre ideal pues busca corregir lo malo e imponer solo lo bueno, pero que se estrella contra dos realidades fundamentales: el ser humano no es igual en todos los casos (no existe el “hombre universal” o prototípico) y además, la igualación total lleva a la degeneración y estancamiento de la especie pues impide la contradicción que es la que provoca los cambios. UN MUNDO FELIZ De modo que la utopía de los más ricos de “hacer un mundo perfecto, sin pobreza, desigualdad y explotación” es solo eso: una utopía irrealizable, pero sin embargo la están llevando a cabo invirtiendo en ello muchísimo dinero y, sobre todo, vidas, pues ello obliga a “desaparecer” todo aquello que impida su materialización o, dicho de otro modo, a la eliminación de los opositores mediante guerras y enfermedades o “plagas” que exterminen a aquellos “inservibles y excedentes” que no tienen la capacidad de ser “rentables” dentro de ese maravilloso y eficiente “mundo feliz”. Eso explica por qué muchos de los que se oponen a ello acusan a este proyecto de “comunista” en la medida que coincide con dicha utopía. En realidad, la Agenda 2030 coincide con todas las utopías habidas y por haber debido a que todas ellas exigen una sola y única forma de vivir, lo cual va contra la natural libertad y espíritu de contradicción propio del ser humano. SUS RIVALES En estos momentos el proyecto Agenda 2030 se encuentra preparando la futura guerra mundial contra sus principales opositores: la sociedad rusa y la cultura china, dos entidades que se enfrentan a esta en la medida que buscan más bien una visión diferente que es compartir formas de desarrollo diferentes en convivencia, algo que no tiene sentido dentro de la mirada totalitaria de dicha utopía plutocrática. A ello se suma el rechazo de ciertos sectores conservadores al interior de Occidente que se resisten a renunciar a sus tradiciones y modos de pensar en pro de un “capitalismo perfecto”, en la medida que aún consideran importantes factores como la religión o sus creencias y prejuicios. Pero esto inevitablemente será superado debido al inmenso poder que poseen los más ricos quienes utilizarán todo lo posible para anularlos o hacerlos cambiar. SIO8ISM0 Tampoco se puede descartar que detrás de esta idea utópica se encuentren también otros intereses (como los de los j, dueños en su gran mayoría de estas corporaciones) quienes pueden ver en esta Agenda una forma solapada de hacer cumplir el “mandato de Yahvé” donde ellos poseerán la Tierra. El secretismo con el que actúan lleva a sospechar que siempre hay motivaciones escondidas que jamás se expresan abiertamente, cosa que es culpa de ellos mismos por intentar ir por el sendero anti democrático. CONCLUSIÓN La plutocracia ha llevado a que Occidente haya caído en manos de su oligarquía, que es la dueña de todos sus medios de producción, comunicación y conocimientos, permitiéndole así poder planificar una utopía donde ellos serían los únicos amos posibles de toda la humanidad. Es por eso que la democracia, que viene a ser la opinión de las mayorías, resulta ser un enemigo directo para sus intereses. Eso los ha llevado a convertir a la democracia en solo pura apariencia, en un títere que se puede digitar para dar la impresión de que esta realmente existe pero que, en realidad, es totalmente lo contrario. La demostración de ello es la imposición de una estrategia llamada Agenda 2030 que, atiborrada de buenas intenciones, lo que en realidad busca es la igualación de la humanidad bajo las normas y criterios de la sociedad de mercado, eliminando para ello todos los elementos que se le contrapongan, entre ellos, las naciones, costumbres, religiones, creencias, tradiciones y, principalmente, los pensamientos libres.