La estupidez ilustrada

Yo pensé que quien le dijo a Dina Boluarte: “Presidenta, sea usted más dura en la represión”, durante las protestas por la vacancia de Castillo era Keiko, Acuña o algún empresario de la CONFIEP; alguno de esos que suelen presionar a los gobiernos de turno cuando peligran sus intereses. No sería para nada una sorpresa que fuera así. Sin embargo, fue nada más y nada menos que Ernesto Blume, un jurista “connotado” y docto en Ciencias Jurídicas y el Derecho Constitucional, quien pidió más balas para los protestantes que estaban en contra de la tramposa Dina Boluarte. Lo curioso es que el reputado jurista lo contó en televisión, sin ningún recato ni pudor. En pocas palabras, pasó de constitucionalista a matón. Es cierto que el señor Blume siempre ha estado del lado de la derecha tradicional, defendiendo su posición y olvidándose de su doctrina para dar la cara a favor del statu quo limeño; no obstante, siempre ha guardado las formas, intentando justificar su apoyo al fujimorismo bajo argumentos constitucionales. Esta vez, en cambio, se mostró corto de inteligencia política y actuó como un fulano más. Otro caso emblemático de estupidez ilustrada, para cerrar el año 2024, es el del ministro de Educación, Morgan Quero, quien dijo: “Los DD. HH. son para las personas, no para las ratas”. Ahora sale a decir que cuando mencionó “ratas” se refería a los vi0L4dr3s. Bueno, esas son las palabras de quien tiene el cargo más alto en materia de educación en el país: tenemos un ministro de Educación a la altura de Dina Boluarte. Si de verdad tuviera algo de educación y decencia, debería renunciar. Estos cargos políticos no están destinados a expresar opiniones personales, sino institucionales. Es tan ignorante que ni siquiera entiende algo tan básico. Si el mismo ministro de Educación habla como todo un energúmeno, ¿qué podemos esperar del resto de la clase política peruana con estos referentes? Finalmente, los señores Ernesto Blume y Morgan Quero son el ejemplo más claro, junto a tantos otros académicos que pululan como 'especialistas' y dueños de la verdad, de que en el Perú, por más que se estudie, se obtenga títulos académicos y una larga trayectoria, resulta casi imposible formar personas que comprendan la política y la democracia para gobernar con estabilidad. La formación académica, en esos aspectos, resulta limitada. Por eso reaccionan como salvajes, insultando y despreciando a quienes no comparten su posición política, como si tuvieran más derechos que los demás. Les gana el odio y sus aires elitistas tradicionales. Para ellos, como para tantos aventureros que incursionan hoy en la política, la democracia no es más que una formalidad. Por ello, los caviares les llaman 'Derecha Bruta y Achorada' (DBA), un apodo que se han ganado con creces. Por último, no será la primera ni la última vez que veamos estos exabruptos de parte de semejantes impostores. Nos dejan un triste precedente histórico. Ojalá que quienes vengan más adelante condenen estas bravuconerías, que no hacen más que polarizar a la sociedad.

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