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definitivamente hemos ingresado nuevamente a una era multipolar, donde ya no solo Occidente tendrá el poder de decisión y juzgamiento sino que serán las potencias emergentes, Rusia, China e India

EL CONFLITO RUSIA -UCRANIA

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Tan crucial como la disolución de la URSS en 1991 ha sido el giro que ha dado Rusia en febrero del 2022. Para darnos cuenta de la magnitud de este suceso basta con medir la intensidad de la reacción de Occidente, que ha llegado al paroxismo desbordado, con caras llenas de ira destemplada, lo cual demuestra que el golpe ha sido durísimo, tan duro como las “sanciones” que quieren darle a dicho país. ¿Qué está pasando? Que el mundo ha vivido durante 30 años en un sistema unipolar con una única potencia que lo decía todo, EEUU, por encima de las leyes internacionales y lo que dictaba las Naciones Unidas. EEUU, aprovechando la ausencia de su contraparte, supuso que en el futuro sería la única potencia posible, dando incluso pie a teorías como la del politólogo Francis Fukuyama sobre que había llegado “el fin de la historia” con la prevalencia eterna de Occidente sobre toda la humanidad. Por supuesto que todo ello se quedó en las páginas del libro. La realidad es que durante todo este tiempo la situación internacional fue variando poco a poco, mientras que EEUU empezaba a mostrar debilidades internas y contradicciones externas. Pero al mismo tiempo que esto ocurría -como la crisis del 2008, su política de globalización y la búsqueda de “mano de obra barata” y de nuevos mercados- se fueron empoderando sociedades como China e India quienes aprovecharon estos cambios en el capitalismo. Es así que el polo del comercio mundial, de estar centrado antes en Europa, ha pasado al Asia y ha hecho surgir a China como la gran potencia rival, no solo de EEUU, sino de todo Occidente. Desde hace años que Norteamérica se ha dado cuenta del grave “error” que significó dicha estrategia, algo que Trump no se cansó de decir mientras estuvo en la presidencia al señalar que el único “enemigo” real que tenía EEUU era China. Pero China, a diferencia de las alharacas que hace Occidente para exhibir su poder, apuesta por una silenciosa pero contundente forma de crecer y de prepararse para el nuevo rol que va a asumir en el futuro (ya sea compartiendo el liderazgo u ocupando el sitial dejado por Occidente). Esto aún no se manifiesta públicamente, es decir, todavía las poblaciones occidentales “no lo perciben” debido a que sus medios de comunicación (que son apéndices de sus gobiernos y de EEUU) no lo dicen con el dramatismo y la exageración propias de una película de Hollywood. Mientras esto sucedía Rusia, en manos de Vladimir Putin (ex KGB, la CIA de dicho país) emprendía su propio plan de recuperación para ubicarse en el sitial que siempre este país ha ocupado en la historia del planeta. Recordemos que Rusia, desde muy antiguo, ha sido un centro de desarrollo civilizacional, al mismo tiempo que un rival eterno de Occidente en sus objetivos de expansión. Las veces que un país occidental ha intentado doblegar a Rusia (como Francia y Alemania) ha fracasado rotundamente. El último intento fue el del más poderoso ejército que registra la historia: el de Hitler, armado exprofesamente con el fin de destruir a Rusia y a su comunismo, el cual fue derrotado a un altísimo costo de vidas. Tal fue la humillación para Occidente que EEUU tuvo que intervenir recién al final para “salvar” a Europa del Ejército Rojo que ya había llegado a Berlín y había acabado con los nazis. La derrota de Occidente frente a los soviets derivó en lo que se conoce como la Guerra Fría, que fue la división del mundo entre dos facciones: Occidente y la Rusia comunista. Esto duró 70 años hasta que el comunismo, producto de su propia debilidad, perdió el poder en Rusia y fue asumido por la derecha, retornando el país a su cauce habitual de ser capitalista y nacionalista. Esto fue tomado por Occidente como un triunfo, no solo sobre el comunismo, sino sobre la vieja Rusia, a la cual empezaron a ver como “una potencia de segundo orden”. Pero ello fue una grave equivocación debido a que Rusia, con o sin comunismo, siempre será una potencia imposible de vencer por Occidente, cosa que acaba de demostrar Putin enseñándoles los dientes previamente afilados durante estas décadas. Es decir, Occidente subestimó a Rusia y no se dio cuenta de sus avances en el aspecto militar. Actualmente se sabe que su poder de fuego y destrucción es muy superior al de EEUU y sus pares europeos. De desatarse una guerra, tal como están las cosas, el triunfo sería ruso pues cuenta con un desarrollo tecnológico nuclear imposible de detener. EEUU ha instado a sus empresas de armamento a equipararse lo más pronto posible destinando miles de millones del presupuesto nacional, pero esto tomará aproximadamente unos dos a tres años. Ello obviamente lo sabe Putin, de modo que no tiene ningún temor de amenazar a Occidente si es que intentara alguna respuesta a su decisión de invadir Ucrania con el fin de colocar a dicho país como un “territorio neutral” donde la OTAN no pueda colocar ninguna pieza militar. La inmensa producción de petróleo y gas que posee Rusia será la que alimente aún más a la maquinaria china en vez de mantener la alicaída y decadente Europa. Esta tendrá que vivir de lo que EEUU le venda en las condiciones que exija, haciendo aún más penoso, débil y dependiente al viejo continente. Los europeos se convertirán en soldados para EEUU a quien no le importará sus necesidades ni intereses. Esto significará el fin de Occidente como potencia de primer orden y como sinónimo de civilización mundial. Solo sobrevivirá EEUU, pero para tratar de no ser superado por la coalición de China, Rusia y la India, esta última muy silenciosa pero que en muy poco tiempo hará notar su peso político y económico. En conclusión, definitivamente hemos ingresado nuevamente a una era multipolar, donde ya no solo Occidente tendrá el poder de decisión y juzgamiento sino que serán las potencias emergentes, Rusia, China e India, las que tratarán de actuar en base a sus necesidades e intereses geopolíticos. Esto es muy importante debido a que, después de Ucrania, lo que viene es la guerra por Taiwán, donde EEUU está haciendo lo mismo: armándola en contra de los intereses geopolíticos de China, lo cual inevitablemente ocasionará que esta intervenga en la isla, invadiéndola. Este es el escenario que buscan las grandes empresas bélicas norteamericanas: la guerra, su alimento y su forma de vida. Sin las guerras EEUU se paraliza y deja de ser la gran potencia que hasta ahora sigue siendo, aunque no por mucho tiempo.

Redacción: 500palabras.pe

2024-08-31 02:22:04


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