LIBRE OPINIÓN
El congreso “Constituyente del 2024”
<< pero cambiar 84 artículos, ya es un abuso y una usurpación al poder constituyente del pueblo soberano; puesto que, eso cambios no se hicieron necesariamente en favor de la ciudadanía... ...>>
Muchos “opinólogos” decían que “El peor congreso de la historia” fue el congreso de mayoría fujimorista del 2016, debido a sus escándalos de corrupción y permanente confrontación con el gobierno “Lavajatista” de Vizcarra. Sin embargo, esas pugnas son historia del pasado si lo comparas con el congreso actual que tiene pleno dominio del gobierno de Dina Boluarte. Y no contento con ello, este congreso golpista, se han dado el lujo de modificar más de la tercera parte de la constitución: pasó de ser un congreso legislativo a uno constituyente. Lo que más llama la atención es que este congreso sin tener un partido mayoritario ni dominante, motivado principalmente por intereses personales, ha logrado lo que para los partidos políticos tradicionales parecía imposible: obtener el consenso de las ¾ partes de los votos parlamentarios necesarios para cambiar cualquier norma de rango constitucional. Con 87 votos se puede hacer cambiar leyes, hacer reformas constitucionales en determinado sector, modificar artículos constitucionales, etc. Si bien es cierto, es legítimo hacerlo. Pero cambiar 84 artículos, ya es un abuso y una usurpación al poder constituyente que solamente otorga la voluntad del pueblo. Esos cambios no se hicieron necesariamente en favor de la ciudadanía, sino, principalmente, aquellos artículos que los ayudaría a atornillarse en el poder por varios periodos de gobierno con un alto grado de inmunidad. A este paso, en dos legislaturas más podrían cambiar otros 100 artículos si lo ven conveniente a sus intereses, sin necesidad de hacer alguna consulta a la población: totalmente antidemocrático. En su borrachera de poder “disolvieron” el congreso para regresar a la bilateralidad en el próximo periodo de gobierno, promoviendo la reelección para sacar ventaja de su cargo de congresistas alternando cargos de senadores a diputados: hecha la ley, hecha la trampa. Excluyen a todos del cargo de senadores. Finalmente, este Congreso de conformado en su mayoría por independientes, es la expresión de la crisis de partidos que venimos arrastrando desde fines de los 80s. Son inorgánicos en sus acciones y decisiones, se guían únicamente por intereses económicos personalistas, con varias bancadas formadas sin representación partidaria real; formada por traidores que utilizaron a los partidos solo como trampolín electoral para obtener una curul. Totalmente desleales. Estas actitudes anti-políticas son parte del proceso de individuación que viene en un contexto ideológico pragmático liberal de inicios de los 90s.