LIBRE OPINIÓN
Por: Leoncio Díaz
Las elecciones en Venezuela y su impacto geopolítico
<< es una lucha por mantener el régimen heredado de Chávez o cambiarlo por un régimen tradicional latinoamericano alineado al gobierno de EE.UU....>>
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Este fin de semana, los ojos del mundo han estado atentos a las elecciones en Venezuela cuyos los “resultados oficiales” dieron como ganador de la contienda a Nicolás Maduro. Los gritos de fraude y manipulación, las marchas y comunicados de actores internacionales no se hicieron esperar; hoy, con más fuerza que en el 2019. Sin embargo, todos sabían lo que iba a suceder: la derecha como la izquierda en todo el continente solo aceptan los resultados que les favorece. Lo cierto es que esto no es solo una contienda electoral tradicional para elegir un nuevo gobierno por un periodo de 6 años. No es como elegir entre el Partido demócrata y el Partido Republicano, que una vez llegado al gobierno son casi lo mismo; sino que es una lucha por mantener el régimen heredado de Chávez o cambiarlo por un régimen tradicional latinoamericano alineado al gobierno de EE.UU. y los grandes capitales. En ese sentido, mantener o cambiar el régimen político y económico de Venezuela tiene implicancias para las generaciones venideras y la geopolítica mundial. Venezuela sufre la maldición de los recursos ilimitados, lo que hace que otros países busquen influencia política apoyando económica y mediáticamente a actores políticos con posibilidades de ser gobierno, todo esto con el fin de orientar esos recursos a determinado bloques comerciales del mercado internacional. En ese sentido, los opositores como Capriles, Guaidó y Corina Machado tienen como consigna instalar un gobierno amigable con el país del norte y su política de penetración de capitales. Lo dicen abiertamente. Del otro lado, la permanencia de Maduro en el poder garantiza un aliado importante para incorporar a Venezuela en los BRISC. Solicitud que ya está en trámite. Por eso, no es casualidad de que los primeros en saludar la reelección de Maduro sean China, Rusia y otros como Corea del Norte y Cuba, sus principales aliados. En esta guerra geopolítica por los recursos naturales, Venezuela es clave para revitalizar productivamente los bandos en disputa entre los binomios Rusia y China, fundadores de los BRISC, versus EE. UU. y Europa. Al fin y al cabo, esos son los gobiernos que finalmente deciden el futuro de los países de la periferia. Finalmente, en el contexto actual hay una guerra de ensayo entre Rusia y Ucrania, que en realidad es una guerra indirecta entre Rusia y EE. UU. y Europa. Teniendo en cuenta que Rusia condiciona con su producción de petróleo a los europeos a mediano plazo, se hace urgente un gobierno afín a Occidente en Venezuela para invertir en aumentar la producción y tener mejores condiciones para un próximo conflicto mayor contra Rusia o China.