Vargas Llosa, el padre del antifujimorismo
<< Obnubilado por su antifujimorismo militante, radical y enfermizo, Mario Vargas Llosa no tuvo empacho en apoyar a cuanto candidato se enfrentaba a Fujimori o a Keiko. Así fue el padrino de Alejandro Toledo, Ollanta Humala y PPK, para luego defender a ...>>
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Una vez más aparecen los desmedidos elogios a Mario Vargas Llosa, señalándolo con una serie de títulos, cualidades y etiquetas grandiosas, tales como “el pensador político más importante de Latinoamérica” (Iván Duque), “la voz liberal más grande y comprometida que hemos tenido” (Jorge ‘Tuto’ Quiroga), “fervoroso defensor de la cultura de la libertad” (Eduardo Frei) y “la columna vertebral del liberalismo latinoamericano” (Andrés Pastrana), etc. Seguramente sería de mal gusto señalar al menos un defecto en el gran escritor peruano alabado por medio mundo. Pero ninguna reseña de Mario estaría completa ni sería honesta sin señalar sus perversiones, obsesiones, taras y demonios que lo dominaron durante muchos años, convirtiéndose en una de las figuras más nefastas de la política peruana, fundador del antifujimorismo patológico, líder del movimiento "Fujimori nunca más" y padrino de los "No a Keiko", con quienes si bien no llegó a marchar por las calles en esos desfiles de zombies fascistas que aullaban insultos a Keiko, sí lo hicieron sus allegados, incluyendo su esposa e hija. Su pikichón Pedro Cateriano era el vocero oficial del Nobel y encargado de alimentar a los perros rabiosos del antifujimorismo en cada campaña electoral. Obnubilado por su antifujimorismo militante, radical y enfermizo, Mario Vargas Llosa no tuvo empacho en apoyar a cuanto candidato se enfrentaba a Fujimori o a Keiko. Así fue el padrino de Alejandro Toledo, Ollanta Humala y PPK, para luego defender a Martín Vizcarra cuando cerró el Congreso apuradamente con el único propósito de defender al TC de la mafia caviar. Allí Mario Vargas Llosa dejó a un lado su incondicional apoyo a la democracia que tanto pregonaba por todo el mundo, para defender al aprendiz de dictador que fue Martín Vizcarra, tan solo por su visceral odio al fujimorismo. Así como no se puede negar el talento de Mario como escritor, tampoco se puede negar su ceguera ideológica, su ofuscación y su encarnizado odio al fujimorismo que tanto daño le causó al país. Luego de haber predicado durante más de dos décadas el odio al fujimorismo y haber creado en las mentes más débiles del país la idea de que cualquier cosa era mejor que Keiko, finalmente, cuando el país tuvo que decidir entre Keiko y Pedro Castillo y su banda de comunistas radicales, ya fue muy tarde. Mario no fue capaz de hacerles cambiar de idea a sus adoctrinados en el odio. Sus desesperados esfuerzos por pedir el voto para Keiko cayeron en saco roto y hasta provocó que se burlaran de él. Mario prefirió presentarse siempre como un extremista radical de la democracia, condenando a todas las dictaduras por igual, como si todas fueran iguales, como si todas tuvieran el mismo origen y duración, y ofrecieran los mismos resultados al país. Para Mario todo era blanco o negro. Sin matices. Y así no es la realidad. Menos la realidad política. En ese aspecto Mario prefirió el dogmatismo, la ceguera ideológica y la pose del demócrata intachable, incondicional e intransigente. Mi impresión final es que Mario siempre fue un caviar. Nunca dejó de ser Zavalita, su personaje casi autobiográfico de "Conversación en la Catedral", ese chico miraflorino nacido en cuna de oro que reniega de su condición privilegiada, tiene un conflicto psicológico con su padre y quiere proletarizarse, rechaza la PUCP y se mete a San Marcos para mezclarse con los radicales de izquierda y nunca termina la carrera. Es capturado por la policia y luego salvado por su padre gracias a sus influencias políticas, sin embargo no le agredece a su padre sino que lo detesta. Convertido en renegado social, se aleja de su familia y busca un empleo mediocre en un diario y luego se convierte en escritor. Ese no es otro que el mismo Mario Vargas Llosa, un progre miraflorino que acaba siendo un caviar de renombre mundial. Personalmente me quedo con su aporte literario. No me atrevería a elogiarlo como pensador liberal. No me da para tanto.
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Fecha: 2025-11-03 12:37:12
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