<< En ese sentido, no hay una lectura política por parte del gobierno de lo que se les viene: tienen todo en contra. Para empezar, la población no está de su lado...>>
Por: Leoncio Díaz (redacción)
El día en que Dina Baluarte asumió el gobierno cometió la torpeza de anunciar en su primer Mensaje a la Nación de que se iba a quedar hasta el 2026. Desde ahí se podía percibir falta de empatía con la gente respecto a la situación caótica en la que iniciaba su gobierno. Esa imprudencia hizo que la reacción pro Castillo fuera muy amenazante y violenta, razón por la cual se impuso la “estabilidad” con una brutal represión que dejó un saldo de 50 muertes, cosa que, como sabemos todos, le pasarán factura al binomio Boluarte-Otárola una vez deje el gobierno.
Su permanencia en el cargo se ha valido de la presencia de su premier Otárola, quien fue capaz de llegar sacar a las fuerzas armada para imponer el nuevo gobierno. Hoy, esa ficha está fuera de juego. Su sucesor, Adrizasen, siguen en piloto automático la forma de gobernar de la administración Boluarte, un gobierno tradicional e impopular. Ningún cambio significativo. Mientras Dina Boluarte se muestra obsesionada por los viajes y los lujos la situación en el país empeora en crisis económica, la corrupción y la inseguridad. Cada vez que Boluarte hace declaraciones solo genera reacciones en su contra que la hacen ver como insensible, arrogante y desleal. A los grupos económicos no les agrada esta situación. en cualquier momento le van a bajar el dedo a este gobierno si los indicadores sociales y económicos no mejoran.
En ese sentido, no hay una lectura política por parte del gobierno de lo que se les viene: tienen todo en contra. Para empezar, la población no está de su lado, en las últimas encuestas le dan un 75% de desaprobación; segundo, no tienen bancada ni partido político que les sean leales por lo que tienen que ceder las prerrogativas del congreso; tercero, gracias a una nefasta Ley de Partidos, hay un montón de partidos en proceso de inscripción y organizaciones que están esperando lograr inscribirse para empezar a movilizarse con todo por la vacancia; cuarto, ya le han presentado una segunda moción de vacancia que no prosperará pero ya deja un precedente para su salida del cargo; quinto, Keiko Fujimori ya hace manifiesto su deseo de postular de nuevo el "2026", sin embargo tiene que apresurarse porque le inician los juicios; y por último, todos están esperando a que se elija al nuevo presidente del Congreso. Eso tiene en vilo a todos, porque dependiendo de quién salga la salida de Boluarte puede acelerarse o detenerse un poco. Lo cierto es que, si todo se mantiene como está, antes del 2026 tendremos nuevo presidente.
Fecha: 2023-06-06
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El día en que Dina Baluarte asumió el gobierno cometió la torpeza de anunciar en su primer Mensaje a la Nación de que se iba a quedar hasta el 2026. Desde ahí se podía percibir falta de empatía con la gente respecto a la situación caótica en la que iniciaba su gobierno. Esa imprudencia hizo que la reacción pro Castillo fuera muy amenazante y violenta, razón por la cual se impuso la “estabilidad” con una brutal represión que dejó un saldo de 50 muertes, cosa que, como sabemos todos, le pasarán factura al binomio Boluarte-Otárola una vez deje el gobierno.
Su permanencia en el cargo se ha valido de la presencia de su premier Otárola, quien fue capaz de llegar sacar a las fuerzas armada para imponer el nuevo gobierno. Hoy, esa ficha está fuera de juego. Su sucesor, Adrizasen, siguen en piloto automático la forma de gobernar de la administración Boluarte, un gobierno tradicional e impopular. Ningún cambio significativo. Mientras Dina Boluarte se muestra obsesionada por los viajes y los lujos la situación en el país empeora en crisis económica, la corrupción y la inseguridad. Cada vez que Boluarte hace declaraciones solo genera reacciones en su contra que la hacen ver como insensible, arrogante y desleal. A los grupos económicos no les agrada esta situación. en cualquier momento le van a bajar el dedo a este gobierno si los indicadores sociales y económicos no mejoran.
En ese sentido, no hay una lectura política por parte del gobierno de lo que se les viene: tienen todo en contra. Para empezar, la población no está de su lado, en las últimas encuestas le dan un 75% de desaprobación; segundo, no tienen bancada ni partido político que les sean leales por lo que tienen que ceder las prerrogativas del congreso; tercero, gracias a una nefasta Ley de Partidos, hay un montón de partidos en proceso de inscripción y organizaciones que están esperando lograr inscribirse para empezar a movilizarse con todo por la vacancia; cuarto, ya le han presentado una segunda moción de vacancia que no prosperará pero ya deja un precedente para su salida del cargo; quinto, Keiko Fujimori ya hace manifiesto su deseo de postular de nuevo el "2026", sin embargo tiene que apresurarse porque le inician los juicios; y por último, todos están esperando a que se elija al nuevo presidente del Congreso. Eso tiene en vilo a todos, porque dependiendo de quién salga la salida de Boluarte puede acelerarse o detenerse un poco. Lo cierto es que, si todo se mantiene como está, antes del 2026 tendremos nuevo presidente.