LIBRE OPINIÓN
Por: Dante Bobadilla
La nefasta Ley de partidos y sus consecuencias
<< Acá el problema no es Antauro Humala ni Salas Arenas. El verdadero problema y la raíz de todos los males de esta mediocre democracia es la ley de partidos políticos...>>
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Sigue el papelón de la derecha en el Congreso. Están jugando a la gallinita ciega dando palos por todos lados. Ahora denuncian al presidente del JNE por inscribir al partido de Antauro Humala. Los argumentos son bastante ridículos. Decir que se trata de un partido antidemocrático es muy aventurado porque todo depende de lo que se quiera entender por "democrático". En la política hay toda clase de conceptos de democracia. Hasta Corea del Norte se llama oficialmente "República Democrática Popular". La Alemania comunista durante la Guerra Fría se llamaba oficialmente República Democrática Alemana o RDA, y era una dictadura comunista. Pero ellos ejercen la democracia a su manera. Acá el problema no es Antauro Humala ni Salas Arenas. El verdadero problema y la raíz de todos los males de esta mediocre democracia es la ley de partidos políticos que le concede al Estado el control de la política, algo que en si es realmente anti democrático. Hace 20 años se promulgó la ley de partidos políticos dándole al Estado la potestad de registrar, vigilar, definir y hasta sancionar lo que son partidos políticos. Se hizo siguiendo la lógica vulgar, predominante en este país, de que para todo problema debe haber una ley y un organismo público que se haga cargo. El gobierno de Toledo fue el artífice de montones de estas leyes y organismos que solo sirvieron para llenarnos de burocracia inútil. Ninguno ha logrado resolver un solo problema. Todos los problemas siguen allí igual o peor. Solo dan la ilusión de que el Estado tiene el control. ¿Para qué sirvió la ley de partidos políticos y los organismos creados? ¿Ha mejorado la democracia? ¿Tenemos mejores partidos? Obviamente no. Todo está peor. Hay más de 25 supuestos partidos políticos que no son más que fachada. La mayoría han sido vientres de alquiler, como UPP o Restauración Nacional que cambian de nombre en cada proceso electoral; son combis electorales como el de PPK, clubes de Toby, como el Partido Morado, un grupito de amigos que se junta en la sala de la casa de alguien y lanza comunicados. O son verdaderas mafias organizadas como Perú Libre que no tienen militantes sino secuaces, o son un club de fans, como el partido de Vizcarra. Pero todos esos adefesios pueden registrarse como "partidos políticos" gracias a una ridícula ley que solo les exige cumplir algunos requisitos burocráticos, llenar unos formularios y pagar en caja. Listo. Haces solo un trámite y ya tienes tu partido político inscrito. ¿Puede haber algo más estúpido que eso? Deberían dejar de llorar por los adefesios que se inscriben ante el JNE como partidos. Lo que deben hacer es derogar la ley de partidos políticos dado que nunca sirvió para nada. Al contrario, ha empeorado todo, como ocurre con cualquier cosa que esté a cargo del Estado. Lo único que necesita tener el Estado es una ley electoral que determine las reglas del juego para ir a elecciones. Nada más. Nunca necesitamos que el Estado le eche agua bendita a los partidos y menos que los financie, como ocurre hoy.